Soy ser de carne débil,
semejante a Eva y su manzana;
rea de lascivia inocente
tal que Lolita de Nabokov;
verde, verde, verde,
como las medias de Irma la Dulce;
serpenteante Minea de Sinuhé
o Niña-Culebra de Bukowski.
Hermana del éxtasis de Teresa,
próxima al desvarío de la Pizarnik.
Triste en los ojos de Marilyn,
fuerte en el genio de Frida Kahlo.
Me declaro sexual,
a ratos hiriente
y esclava
del mástil de tus deseos.
Culpable por viva,
vulnerable y pulsátil;
tierna de sangre y flujo de luna;
de regazo y muslos abiertos,
mujer cualquiera
entre todas las mujeres
hijas de la Tierra.
Beligerante enemiga
de argucias paternalistas
y condescendientes perversiones.
Virgen en cada encuentro
con tu sexo enardecido.
Igual a ti, seducida
en la confusión de los cuerpos
y los sentidos.
Así de frágil me desnudo;
compañera, amante, amiga.
Pero no te atrevas a llamarme puta.
¿Me oyes? No lo insinúes siquiera.
Imagen: Chrissy Angliker. Self- Portrait IV.