El cursor parpadea
sobre lo que parece un folio en blanco.
Puedo escribir
muerte,
piedra,
amor,
agua,
miseria,
sangre,
sin mancharme los dedos
mas que con las letras
furiosas
que el iPad
altera.
El robot pretende que no me equivoque.
Borro,
evoco el crujido del papel
mientras arrugo mentalmente esta hoja
y el cursor espera
como un perro
jadeando
sus mayúsculas.
Me irrita
este falso folio sin poema,
sin afilados bordes
que hieran como cuchillo.
Abro una cápsula de café
envasado al vacío
que no mancha, ni deja aroma.
El cursor
continúa
respirando mi aliento.
Imagen: Forbidden Planet. 1956. Directed by Fred M. Wilcox.