Me desesperan
el lenguaje de adoquines
y las tardes
que mueren encrespadas.
Porque la vida
se encharca de adjetivos
y rampas y curvas y rectas.
Y se invocan
paisajes que son polvo
de balcones a pinceladas.
Y la metáfora,
de puntillas,
nunca alcanza a tu puerta.
Imagen: Paula Bonet