lunes, 28 de octubre de 2013

RASTREADOS








Móvil, pagos con tarjeta,
cámaras de seguridad,
encuestas, búsquedas en Google,
inscripciones, viajes, 
compras y sorteos
delatan tu ubicación
en este mundo.
Sólo eres un número con patas
y algo de dinero:
un perfil estándar 
en unas coordenadas de GPS.
Estás vivo porque te mueves
y gastas.
Carne de rastreos
ocultos o estatales
para tu bienestar.
No creas que sólo 
en aeropuertos o sedes
oficiales te radiografían 
bolsillos y huesos.
En una nube
te esperan tus archivos 
más secretos.
Vas dejando estelas
de luciérnaga 
a cada paso.
El spam nuestro
de cada día,
dánoslo email;
y algún que otro chiste
de whatsapp
para no sentirnos aislados.
Tus vestigios cibernéticos
seguirán ahí cuando hayas muerto.
Te llegará algún sabio consejo
comercial y vales descuento.
Con suerte, tus amigos 
de Facebook 
te homenajearán 
en una página
y pasarás a formar parte 
de la base de datos
de fallecidos del trimestre
con la que Hacienda,
muy atenta, invitará 
a tus familiares 
para que presenten
la herencia
y sus impuestos.  


Imagen: Laurence Stephen Lowry. The railway platform. 1953.

8 comentarios:

  1. El rastro que va muriendo un poco antes de que nos demos cuenta de que no era por él por quien doblaban las campanas (versión google).

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    1. Seguirá ese rastro y seguirán doblando las campanas. Incluso cuando no estemos aquí para observarlo.

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  2. Gran post, con tu permiso me lo llevo al Nido. Saludos.

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  3. Sólo nos queda la esperanza de que hagan mal la copia de seguridad :-)

    En cualquier caso nunca sabrán a quien quiero más, a Papá o a Mamá ?

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  4. Aunque esa misma Hacienda, si la declaración del difunto toca a devolver, no avise a los herederos para quedarse con todo el botín.

    Buen retrato :)

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