martes, 2 de enero de 2018

SALTO AL VACÍO

     Estaba harto de llevar una vida anodina. Los días caían como losas entumeciendo sus sueños. Ya no aguantaba más. Hace unas semanas tomó la determinación de romper con todo. Y allí estaba; se asomó al extremo del quitamiedos y notó un escalofrío de vértigo mientras el sudor recorría su espalda. La altura era considerable. Lo suficiente para evitar consecuencias nefastas. La caída debía ser limpia y eficaz. No quería acabar como un tullido.
    Sintió el impulso de girar sobre sí mismo y huir de allí. De un bolsillo se sacó la cuartilla en la que había enumerado todo aquello que deseaba hacer antes de morir. La lista ya estaba casi completa. Al menos no iba a ser un mediocre dejándose apagar por la vida poco a poco. Se sintió audaz para afrontar el salto. Hizo una bolita con aquel papel y lo tiró al vacío. Detrás iría él...
   Se secó las palmas de las manos en el pantalón. Respiró hondo, cerró los ojos y se lanzó. Momentos después oyó los gritos de sus acompañantes. El puenting había sido un éxito.

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