miércoles, 2 de noviembre de 2016
VICIO DE VIVIR
El vicio de estar viva
hoy, dos de noviembre,
consiste
en burlar el letargo
de la muchedumbre
en los veladores
de una terraza de otoño
y abandonarse
a los rastros cruzados
de la condición humana.
Salir de la espesura
de los cuerpos
y detenerse
en el gesto vulgar
de un transeúnte
que se desplaza dejando
baba de caracol sin saberlo.
De ahí coger impulso
en una mirada sonriente,
posarse como polvo de tiza
en la nube de pelo de una anciana
y dispararse en inoportuno estornudo
hasta quedar fosilizada
en el puente de piedra
que unas manos acarician
resistiéndose a tejer la prisa
mientras otras,
ocultas en los bolsillos,
tientan palabras no-natas
que se diluyen
de estorbo a esperanza,
de consigna a murmullo,
hasta acabar en nana
que ronronea
como un gato
que se pasea
entre el letargo
de la muchedumbre
en los veladores
de una terraza
cualquiera
de esta ciudad pequeña
de sol y callejas
que es Granada.
Imagen: La habitación flúor. Olga Capdevila.
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Tiene que haber mejores vicios para burlar ese letargo... Me gusto la cadencia del poema.
ResponderEliminarSe me ocurren unos cuantos vicios, sí...
EliminarMuchas gracias.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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